El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció el fin de las negociaciones comerciales con Canadá, uno de sus principales socios estratégicos, tras acusar al gobierno canadiense de impulsar un impuesto del 3% sobre los beneficios de servicios digitales como Amazon, Apple y Google. La medida fue interpretada por el republicano como una agresión directa a las empresas estadounidenses.
Trump criticó duramente la postura canadiense al recordar que por años se han aplicado aranceles de hasta 400% a productos lácteos provenientes de EE.UU. En un mensaje oficial, el mandatario señaló que con base en ese “atroz impuesto”, su administración daba por terminadas todas las negociaciones comerciales con Canadá, con efecto inmediato.
En respuesta, el primer ministro de Canadá, Mark Carney, declaró que su país mantendrá su voluntad de diálogo y continuará las negociaciones, pese a la ruptura anunciada por Washington. Afirmó que su gobierno priorizará el interés de los ciudadanos canadienses y no se dejará presionar por decisiones unilaterales.
Mientras tanto, Trump logró un nuevo acuerdo comercial con China que pone fin a una larga disputa arancelaria. Como parte del trato, Estados Unidos eliminará una serie de restricciones, y Pekín revisará su política de exportación de productos sometidos a control, incluyendo las tierras raras, esenciales para la industria tecnológica.
China, que controla gran parte de la producción global de tierras raras, había endurecido sus requisitos de exportación como respuesta a los aranceles estadounidenses. No obstante, desde mayo ambos países acordaron reducir temporalmente los gravámenes de más del 100% que mantenían mutuamente, en lo que podría marcar el inicio de una nueva etapa de cooperación económica.
