Quienes administran los cajones para estacionarse en la “Plaza del Zapato”, en zona Río, están desafiando a las autoridades que modificaron y aprobaron la Reforma al Reglamento del Servicio de Estacionamientos de Tijuana, al condicionar los 40 minutos de estacionamiento gratuito a que los usuarios realicen una compra.
Esta política no solo viola un acuerdo del Cabildo de Tijuana que garantiza la gratuidad sin condiciones, sino que también crea un peligroso vacío legal que podría invalidar el seguro obligatorio contra robo o daños de vehículos desde el primer minuto.
El acuerdo municipal, respaldado por el Congreso de Baja California, cita que todos los centros comerciales deben ofrecer un seguro que cubra robo y daños desde el instante en que un vehículo ingresa al estacionamiento, independientemente de si el conductor es cliente o no.
Esta protección debe estar vigente durante los 40 minutos de cortesía. Sin embargo, al exigir una compra para validar este periodo, “Plaza del Zapato” genera una grave incertidumbre: si un vehículo es robado o dañado dentro de esos 40 minutos y el conductor no ha comprado nada, la plaza podría argumentar que el usuario no cumplió sus condiciones y, por lo tanto, no era elegible para el beneficio ni para la cobertura del seguro, dejando al ciudadano desprotegido.
La normativa municipal es clara: no se puede imponer ningún requisito de consumo para acceder al estacionamiento gratuito. La justificación de la plaza para evitar el uso indebido por parte de no clientes no es válida ante la ley, ya que el acuerdo no permite excepciones.
Este incumplimiento expone a Plaza del Zapato a sanciones económicas severas. La regulación contempla multas de hasta 10,000 veces el valor diario de la UMA (Unidad de Medida y Actualización). Aunque la plaza cuenta con menos de 100 cajones de estacionamiento, la falta es la misma y enfrenta la misma sanción máxima.
Con el valor de la UMA para 2025 proyectado alrededor de los $114.00 MXN, la multa máxima podría superar los 1.1 millones de pesos.
La imposición de Plaza del Zapato no solo representa una molestia, sino una vulneración directa de los derechos del consumidor y un riesgo financiero. Los usuarios afectados por esta práctica ilegal tienen derecho a presentar una queja formal ante la Dirección de Inspección y Verificación (Reglamentos).