El magnate Elon Musk oficializó su salida del gabinete del presidente Donald Trump durante una rueda de prensa celebrada en el despacho oval de la Casa Blanca. Acompañado del mandatario, Musk expresó que la relación con el líder republicano permanece en buenos términos y manifestó su intención de seguir colaborando de manera informal como amigo y asesor.
“Seguiré visitándolo y espero seguir siendo amigo y asesor del presidente. Espero con ansias volver a estar en esta increíble sala”, afirmó Musk, resaltando el vínculo personal que mantiene con Trump. La despedida fue cordial y reflejó una atmósfera de respeto mutuo entre ambos líderes.
La decisión de abandonar su cargo se produce en un momento en el que Musk enfrenta desafíos financieros en varias de sus compañías. El empresario explicó que centrará su atención en Tesla, SpaceX y la red social X, tres de sus empresas más influyentes. A pesar de su salida, confirmó que el Departamento de Eficiencia Gubernamental (DOGE), una iniciativa suya para reducir gastos federales, continuará operando.
“El equipo de DOGE se fortalecerá con el tiempo. La influencia de DOGE seguirá creciendo. Es como una especie de budismo. Es como una forma de vida”, comentó Musk, utilizando su característico tono filosófico para referirse al proyecto que considera fundamental en su visión de gobierno eficiente.
Durante su comparecencia, Musk aprovechó también para lanzar una fuerte crítica contra The New York Times, luego de que ese medio publicara un artículo que lo acusaba de presunto consumo de drogas durante la campaña presidencial. Visiblemente molesto, cuestionó la credibilidad del periódico.
“¿Es la misma publicación que ganó un Premio Pulitzer por información falsa sobre el Rusiagate? ¿Es la misma organización? ¡Creo que sí!”, exclamó, poniendo en duda la integridad periodística del medio. Con estas palabras, Musk cerró una jornada marcada por su salida del gabinete, pero también por su promesa de seguir influyendo en la política desde el sector privado.
