La Fiscalía General del Estado (FGE) llevó a cabo un operativo en la funeraria Latinoamericana de Tijuana, lo que resultó en el aseguramiento de los refrigeradores y la extracción de ocho cuerpos.
La intervención, que duró más de cuatro horas, generó un ambiente de gran tensión y el reclamo de los familiares de los fallecidos.
La investigación de la FGE comenzó tras la muerte de un bebé de ocho meses en el Hospital General de Tijuana.
El menor, que presentaba signos de maltrato, fue trasladado a la funeraria sin que se notificara a las autoridades, lo que levantó sospechas.

Al llegar al lugar para recuperar el cuerpo del bebé, los agentes de homicidios dolosos encontraron diversas irregularidades en el manejo de los cadáveres.
A raíz de esto, los otros ocho cuerpos fueron trasladados al Servicio Médico Forense (Semefo) para continuar con las investigaciones.
La funeraria quedó bajo resguardo de la fiscalía, impidiendo a los familiares de los fallecidos acceder al lugar para velar a sus seres queridos.
La situación provocó la molestia y el enojo de los dolientes, quienes enfrentaron a los agentes exigiendo respeto por su duelo. Se registraron discusiones y algunos familiares incluso golpearon las unidades oficiales.

Para mitigar la situación, la autoridad informó a las familias que para poder recuperar los cuerpos, deberán realizar un trámite formal ante la fiscalía y el Semefo.
