Marcha de la Generación Z provoca tensión y enfrentamientos en el Zócalo capitalino
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La Ciudad de México vivió una jornada de alta tensión durante la marcha convocada por la llamada Generación Z, la cual avanzó este sábado desde el Ángel de la Independencia rumbo al Zócalo en paralelo a la denominada Marcha del Sombrero. Miles de personas denunciaron la violencia, la crisis de desaparecidos y lo que califican como un deterioro en las instituciones públicas, al tiempo que arreciaron consignas contra Morena y la administración federal.

Mientras los contingentes avanzaban de manera pacífica, un grupo identificado como “bloque negro” irrumpió en la plancha del Zócalo y comenzó a retirar vallas colocadas por el gobierno capitalino para resguardar Palacio Nacional. La acción tensó el ambiente y derivó en un enfrentamiento directo con elementos de la policía de la Ciudad de México, quienes comenzaron a repeler a los encapuchados para evitar que ingresaran al recinto histórico.

El choque desató una escena de violencia que incluyó el lanzamiento de piedras, petardos, objetos diversos y gas lacrimógeno. Asistentes reportaron más de una decena de heridos, entre ellos al menos tres policías. Aunque fuerzas de seguridad federales se mantuvieron en la zona, no intervinieron en la confrontación, limitándose a una vigilancia cercana en torno a Palacio Nacional.

La violencia impidió que buena parte de los ciudadanos que marchaban de forma pacífica pudieran llegar al Zócalo. Familias, jóvenes y adultos mayores se dispersaron por calles aledañas para evitar el gas lacrimógeno. A pesar del caos, la concentración general se estimó en alrededor de 50 mil personas en toda la capital.

Las consignas marcaron el tono de la jornada: “¡Fue un horror estar con Obrador!”, “¡Fuera Morena!”, “¡Narcopresidenta!”, “¡No somos bots, somos ciudadanos!”. Los manifestantes expresaron preocupaciones por la inseguridad, la corrupción, las deficiencias del sistema de salud y la impunidad en los casos de personas desaparecidas. También se escucharon críticas contra senadores como Adán Augusto López y Gerardo Fernández Noroña, involucrados recientemente en polémicas públicas.

Un grito que resonó con fuerza fue: “¡Manzo no murió, el gobierno lo mató!”, en referencia al asesinato del exalcalde de Uruapan, Carlos Manzo, cuya muerte ha detonado indignación nacional y se volvió uno de los motores de la convocatoria.

La movilización se replicó de manera simultánea en más de 50 ciudades del país. En Baja California hubo manifestaciones en Mexicali, Tecate y Ensenada; en Mérida, Yucatán, cientos se reunieron en el Centro Histórico; mientras que en Monterrey, Nuevo León, la protesta se concentró en la Explanada de los Héroes. La jornada dejó ver un creciente descontento ciudadano y una nueva generación política que exige respuestas inmediatas.