La economía del comportamiento: una herramienta clave para el cambio

El medio ambiente es un bien común, y su protección es responsabilidad de todos. La economía del comportamiento nos brinda herramientas para hacer que la elección más fácil también sea la más sustentable. ¿Estamos listos para dar el siguiente paso?

A pesar de la crisis ambiental, seguimos actuando en contra del planeta. No es ignorancia, es nuestra manera de decidir. La economía del comportamiento demuestra que pequeños cambios pueden generar un gran impacto: un cobro de 5 centavos redujo el uso de bolsas plásticas en un 44 %, mientras que sin incentivos solo el 13 % dejó de usarlas.

En el marco del segundo aniversario del Seminario Permanente para el Desarrollo Sustentable, organizado por el Centro de Innovación y Gestión Ambiental A.C. (CIGAMX) y la Confederación de Cámaras Nacionales de Comercio, Servicios y Turismo (CONCANACO SERVYTUR), el I.B.Q. José Carmelo Zavala Álvarez reflexionó sobre la importancia de tomar decisiones informadas en materia ambiental.

“…una de las cosas que más nos intrigan es el cómo decidimos y que camino estamos tomando en la mejora y desempeño ambiental”, mencionó Zavala.

Estas palabras dieron inicio al debate sobre cómo nuestras decisiones afectan el futuro de la sustentabilidad.  La sesión contó con la participación especial de la I.Q. Jessica Castañeda Castillo, Directora de BIOSEA Innovación Ambiental y asesora Técnica en el CIGAMX, quién además, desde la creación a la fecha, modera junto con el Ing. José Carmelo Zavala este seminario.

¿Por qué seguimos actuando en contra del medio ambiente?

Hoy en día nos enfrentamos a una crisis ambiental sin precedentes. La contaminación, el cambio climático y la sobreexplotación de recursos son problemas urgentes. Sin embargo, a pesar de conocer los riesgos, seguimos tomando decisiones perjudiciales para el planeta.

 ¿Somos irracionales por naturaleza? ¿Nos falta información? ¿O simplemente no hemos encontrado la manera correcta de motivar el cambio?

En este sentido, la I.Q. Castañeda, presentó la Economía del Comportamiento como una herramienta clave para comprender por qué las personas actúan de determinada manera, así como esencial para diseñar mejores estrategias e influir en sus decisiones. A diferencia de la economía tradicional, esta disciplina reconoce que las decisiones humanas no siempre son racionales y están influenciadas por factores psicológicos, emocionales y sociales

Elementos clave que afectan nuestras decisiones ambientales

Desde la perspectiva de la experta, nuestras decisiones pueden favorecer o perjudicar la sustentabilidad dependiendo de cuatro elementos clave:

1.            Racionalidad limitada: No siempre procesamos toda la información disponible.

2.            Heurísticas: Atajos mentales que simplifican la toma de decisiones, pero que también pueden llevarnos a errores.

3.            Sesgos cognitivos: Tendencias psicológicas que nos hacen actuar en contra de nuestros propios intereses a largo plazo.

4.            Emociones y normas sociales: Tomamos decisiones en función de lo que nos hace sentir bien o de lo que hacen los demás.

La paradoja del “Homo Economicus” vs. el “Homo Sapiens”

La economía tradicional nos dice que, si el precio de algo sube, la demanda disminuye. Pero en la realidad, las cosas no siempre funcionan así, comentó la ponente. Por ejemplo, subir el precio de ciertos productos contaminantes podría no ser suficiente para cambiar el comportamiento si las personas no perciben una alternativa viable o si el cambio les resulta incómodo.

Para comprender ello, la ingeniera mencionó el siguiente ejemplo:

•             Reducción del uso de bolsas plásticas

o             Sin políticas públicas: 13% de personas dejaban de usarlas.

o             Con incentivos de descuento: 15% dejaban de usarlas.

o             Con un pequeño cobro (…

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