El Instituto de Movilidad Sustentable (IMOS) de Baja California analiza la eliminación total del pago en efectivo en el transporte público de Tijuana, como parte de su estrategia para modernizar el sistema.
El titular del organismo, Jorge Alberto Gutiérrez Topete, señaló que aún se estudia el momento más adecuado para implementar esta medida, la cual dependerá de las evaluaciones mensuales que realiza la empresa operadora del servicio.
Para sustentar la decisión, actualmente se lleva a cabo un estudio de aforo en las unidades, con el fin de conocer la proporción de usuarios que utilizan tarjeta, código QR o efectivo como método de pago. Los resultados se entregarán el 30 de agosto, y servirán como base para que el IMOS y la empresa tomen una determinación conjunta sobre el avance del sistema electrónico.
Una de las fechas que se contempla para concretar el cambio es el próximo regreso a clases, cuando incrementa significativamente el uso del transporte por parte de estudiantes. En ese sentido, IMOS ha establecido coordinación con la Secretaría de Educación, la Secretaría del Bienestar y diversas instituciones educativas ubicadas en el bulevar Agua Caliente, para asegurar que los alumnos de nuevo ingreso cuenten con su tarjeta de movilidad.
No obstante, el anuncio ha generado fricciones. Gutiérrez Topete reveló que se han detectado irregularidades en el manejo de efectivo por parte de algunos choferes, lo cual ha motivado la presentación de denuncias legales.
Aclaró que hay disponibles más de 120 mil tarjetas, por lo que no hay impedimentos técnicos para avanzar. Sin embargo, sus declaraciones provocaron molestia entre los conductores, quienes consideraron ofensivas las insinuaciones sobre el mal uso del dinero.
El descontento del gremio transportista evidencia las resistencias que enfrenta la transformación del sistema, particularmente cuando se percibe una estigmatización hacia su labor. Aunque la intención de modernizar es clara, la forma en que se comunican los cambios también influye en la disposición al diálogo y la colaboración.
Pese a los roces, el proceso hacia la digitalización del transporte público sigue en marcha. IMOS insiste en que la transición es necesaria para fortalecer la transparencia y eficiencia del servicio, aunque reconoce que será fundamental mantener el diálogo con los sectores involucrados para evitar conflictos y garantizar una implementación ordenada.
