A partir de la madrugada de este jueves, el gobierno de Estados Unidos comenzó formalmente la imposición de nuevos aranceles de importación a decenas de países, en medio de señales de afectación económica derivadas de los anuncios de estas medidas.
La Casa Blanca comunicó que, desde la medianoche, productos originarios de más de 60 países, incluida la Unión Europea, serían sujetos a gravámenes del 10% o superiores, conforme al nuevo esquema tarifario.
Al respecto, se detalló que bienes procedentes de la Unión Europea, Japón y Corea del Sur enfrentarían impuestos del 15%, mientras que mercancías de Taiwán, Vietnam y Bangladesh serían gravadas con el 20%.
Apenas ayer, el presidente Donald Trump declaró que “el crecimiento va a ser sin precedentes” y añadió que EEUU está “recibiendo cientos de miles de millones de dólares en aranceles”, aunque sin ofrecer cifras concretas al respecto.
El mandatario también expresó su expectativa de que regiones como la Unión Europea, Japón y Corea del Sur canalicen “cientos de miles de millones de dólares” en inversiones dentro del territorio estadounidense.
A pesar de las dudas en torno a las cifras, la administración de Trump considera que la implementación arancelaria ofrecerá certidumbre a las empresas, alentando inversiones y contrataciones para reconfigurar el sector manufacturero nacional.
