El secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, anunció la captura de José Gregorio “N”, alias “Lastra”, presunto líder de una célula delictiva encargada de reclutar personas para el Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG). Esta detención representa un paso clave en la investigación del caso Teuchitlán y refuerza la cooperación entre México y Estados Unidos en la lucha contra el crimen organizado.
Las autoridades federales informaron que “El Lastra” fue capturado en la alcaldía Cuajimalpa, Ciudad de México, junto con una mujer cuya identidad no ha sido revelada. De acuerdo con las investigaciones, su función principal dentro del CJNG era adiestrar y reclutar nuevos integrantes. Además, se indaga su posible relación con el rancho Izaguirre, ubicado en Teuchitlán, Jalisco, un sitio de interés dentro de las pesquisas.
García Harfuch explicó que la captura de “El Lastra” fue resultado de un operativo minucioso que incluyó vigilancias fijas, móviles y discretas. La investigación, iniciada hace meses, permitió detectar su movilidad en Jalisco y anticipar su desplazamiento a la Ciudad de México, donde finalmente fue detenido en una operación coordinada por el Gabinete de Seguridad.
La detención de este presunto líder criminal cobra relevancia luego de que la Fiscalía General de la República (FGR) asumiera la investigación del caso Teuchitlán, debido a irregularidades detectadas en la fiscalía estatal de Jalisco. Este hecho refuerza la estrategia del gobierno federal para centralizar y fortalecer la lucha contra el crimen organizado en el país.
Por su parte, el gobierno de Estados Unidos sigue de cerca este caso, ya que el CJNG ha sido catalogado como una “asociación terrorista”. La captura de un operador clave dentro del cártel impacta directamente en la estrategia de cooperación bilateral en materia de seguridad, un tema prioritario en la agenda diplomática entre ambas naciones.
Además de las repercusiones judiciales, la detención de “El Lastra” ocurre en un contexto de crisis social. Diversos colectivos y asociaciones han manifestado su inconformidad con las autoridades jaliscienses, exigiendo transparencia en las investigaciones. Las protestas han cobrado fuerza tras la apertura al público de la zona de investigación en el rancho Izaguirre, evidenciando la creciente preocupación de la sociedad ante la violencia generada por el crimen organizado.
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