En julio de 2025, los precios de la canasta básica en áreas urbanas subieron 4.3%, superando la inflación general de 3.5%, lo que impactó negativamente a personas con menores percepciones económicas.
La medición de Líneas de Pobreza por Ingresos del Inegi indica que una persona necesitó mil 856.91 pesos para adquirir la canasta alimentaria en zonas rurales y 2 mil 453.34 pesos para las urbanas, reflejando diferencias entre ambos entornos.
En el ámbito rural, los precios de los productos de la canasta alimentaria aumentaron 2.9%, por debajo de la inflación, mientras que en el urbano el incremento rebasó la media nacional, afectando el poder adquisitivo de los hogares.
Comparado con julio de 2024, la línea de pobreza extrema en julio de 2025 presentó una reducción de cinco puntos porcentuales en zonas rurales y tres puntos en las urbanas, de acuerdo con los datos reportados.
Los alimentos y bebidas consumidos fuera del hogar, junto con el bistec y la carne molida de res, fueron los productos con mayor incidencia al alza en el entorno rural, impulsando el costo anual de la canasta.
En cifras, el alza anual en zonas rurales fue de 7.8% para alimentos y bebidas consumidos fuera del hogar, 18% para el bistec de res y 16.6% para la carne molida de res.
En áreas urbanas, los productos con mayor impacto fueron alimentos consumidos fuera del hogar (7.8%), bistec de res (18%) y leche pasteurizada (8.3%), incrementos que presionaron el gasto familiar.
El cambio anual en las líneas de pobreza por ingreso fue de 3.1% en zonas rurales y 3.6% en urbanas, este último apenas arriba de la inflación; lo cual significa que el umbral de ingresos necesario para no ser considerado pobre está aumentando a un ritmo más lento en las zonas rurales que el aumento general de los precios.
En la canasta no alimentaria, en áreas rurales destacaron los rubros de cuidados personales (5.5%) y de educación, cultura y recreación (5.7%); en las urbanas resaltaron educación, cultura y recreación (4.3%), así como vivienda y servicios de conservación (3.8%).
En cuanto a los energéticos, la variación anual del precio de la gasolina magna en julio de 2025 fue de -1.2%, prolongando una tendencia de más de tres años de descensos, con excepción de mayo.
