La Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) aprobó ayer las vacunas actualizadas contra COVID-19 de Pfizer, Moderna y Novavax, aunque limitaron su uso a adultos mayores y personas con condiciones de salud de alto riesgo, restringiendo el acceso generalizado.
Dicha agencia estadounidense retiró la autorización de emergencia de la vacuna de Pfizer para menores de cinco años, no obstante, los padres de familia aún podrán recurrir a la vacuna de Moderna, aprobada solo para niños con condiciones graves.
Las nuevas dosis se enfocan en la variante LP.8.1 y están listas para distribución inmediata, aunque su disponibilidad dependerá de decisiones de asesores de salud, aseguradoras privadas, farmacias y autoridades estatales, generando incertidumbre en el acceso.

La FDA había anticipado estas restricciones desde mayo pasado, marcando un giro frente a la política previa que recomendaba vacunación anual desde los seis meses de edad. En ese sentido, Novavax, vacuna basada en proteínas, seguirá limitada a personas de 12 años en adelante.
Grupos médicos, como la American Academy Pediatrics, cuestionaron las nuevas limitaciones, argumentando que podrían obstaculizar la protección infantil, no obstante, la implementación enfrenta complicaciones logísticas.
Los farmacéuticos, principales aplicadores de las dosis, no suelen recopilar información sobre condiciones médicas, requisito que probablemente se exija a personas menores de 65 años interesados en vacunarse contra el COVID-19.
Además, las aseguradoras esperan definiciones del panel de los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC) y asociaciones médicas para cubrir las nuevas vacunas. En caso de no tener cobertura, los interesados deberán pagar hasta 150 dólares de forma particular.
