Lo que comenzó como un choque nocturno terminó convirtiéndose en un colapso vial que alcanzó a miles de automovilistas. Un tráiler de Transportes Castores quedó atorado la noche del viernes 28 de noviembre en el bulevar 2000, a la altura del retorno del IMOS, provocando el cierre total de la circulación y un tráfico que se extendió hasta la mañana del sábado 29 de noviembre.
El percance ocurrió entre las 10:30 y 11:00 p.m. Según automovilistas, un vehículo particular intentó incorporarse de manera apresurada desde la carretera libre, obligando al operador del tráiler a realizar una maniobra brusca para evitar una colisión frontal. El movimiento terminó por desviar la pesada unidad hacia un talud de tierra blanda, donde quedó inmovilizada con daños visibles en la parte frontal y en la suspensión.
Desde entonces, el panorama en la zona ha sido de filas interminables y molestias para quienes intentan llegar a Otay o Tecate. Las maniobras para retirar el tráiler se han complicado: el terreno inestable y la falta inicial de grúas adecuadas retrasaron el trabajo por varias horas, lo que alargó la espera y generó un cuello de botella que alcanzó incluso el tramo cercano a la Nueva Universidad.
Importante mencionar que, el caos vial no terminó ahí. En el bulevar Insurgentes, a la altura del panteón Los Olivos, un motociclista derrapó durante la madrugada. Las primeras versiones apuntan a que circulaba a exceso de velocidad, perdió el control y terminó impactándose primero contra un poste de CFE y luego contra un señalamiento vial. Fue trasladado a un hospital de la ciudad.
