La soberbia también quiebra estados
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Hay funcionarios que dan explicaciones, otros que dan resultados… y luego está Kurt Honold, que no da ni una cosa ni la otra. Lo que ocurrió en el Congreso estatal no fue una comparecencia; fue la radiografía de un secretario que ya tiró la toalla, pero que sigue cobrando como si no pasara nada.

La diputada presidenta de la Comisión de Desarrollo Económico y Comercio Binacional, Daylín García Ruvalcaba lo cuestionó sobre las medidas que se están implementando para revertir la situación económica en Baja California. Daylín García le mostró los números que cualquier autoridad mínimamente seria debería tomar como una emergencia nacional: 21 mil empleos perdidos, 8 mil negocios cerrados, inversión extranjera desplomada 11%, competitividad al suelo, economía estatal en caída del 1%.

Pero al secretario de Economía eso no le provocó ni sudor ni preocupación. Ni un mínimo gesto de responsabilidad. Le provocó algo peor: fastidio. Como si la realidad le estorbara, como si hablar de la quiebra de miles de familias fuera un capricho de la diputada y no una tragedia que exige explicaciones. Cuando le pidieron cuentas, respondió con una soberbia de antología. “No tengo nada que comentar… no me quiero enganchar con usted”.

¡Ah, bueno!

Para Honold, rendir cuentas es “engancharse”, hablar de cifras oficiales es “engancharse”, responder por qué la economía se les está desmoronando es “engancharse”. Ese es el nivel. El Estado cayéndose y el secretario delicadito para no “engancharse”. Y luego, el remate que exhibió su verdadera postura ante la crisis. “Prefiero decirle que usted tiene razón”.

La frase favorita del que no sabe, no quiere o no puede explicar nada. Es el equivalente político a levantar los hombros y decir: “¿Y a mí qué?”.

Pero claro, la diputada no se tragó el desdén y lo llamó como lo que fue: una falta de respeto monumental al Congreso y a Baja California. Porque sí: cuando un funcionario le da la espalda al debate, también le da la espalda a la gente que paga su salario. A estas alturas, queda claro que Baja California enfrenta dos crisis económicas: la que reflejan los números y la que representa tener un secretario que prefiere callar antes que trabajar. Un Estado puede recuperarse de una mala racha, pero no puede recuperarse de un funcionario que prefiere no “engancharse” mientras todo se desmorona.

Y ayer, frente a todos, quedó claro, Kurt Honold no solo evade respuestas, evade la realidad… Y eso, en política, no se llama prudencia, se llama cobardía técnica.

RMR.