Las toallitas húmedas no desechables, conocidas como “wipes”, se han convertido en uno de los principales problemas para el sistema de alcantarillado de Tijuana. Según datos recientes, más del 75% de los taponamientos en la red sanitaria están relacionados con estos productos, que no se desintegran en contacto con el agua y terminan afectando las plantas de tratamiento.
En 2024, se retiraron 244 toneladas de residuos de los afluentes, destacando las toallitas para bebés, seguidas por las usadas para limpieza, desmaquillantes y productos de higiene femenina. A diferencia del papel higiénico, estos materiales llegan intactos hasta los equipos de bombeo y las plantas, provocando obstrucciones y elevando los costos de mantenimiento.
El director de la CESPT, Jesús García Castro, advirtió que el personal retira diariamente grandes cantidades de estos residuos, y que su acumulación puede derivar en derrames de aguas residuales, afectando tanto la salud pública como el medio ambiente.
“Evitar arrojar toallitas, plásticos u otros desechos al inodoro es responsabilidad de todos. La participación ciudadana es clave para alargar la vida útil del sistema y prevenir emergencias que impactan a toda la comunidad”, señaló García Castro.
Además de mantener la infraestructura, la CESPT ha reforzado campañas de concientización sobre el uso responsable del sistema sanitario, buscando que los ciudadanos adopten prácticas que protejan la red de drenaje y contribuyan a un manejo sustentable del agua.