Pese a que el presidente Donald Trump ha reiterado su intención de deportar criminales, cifras del propio Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de EEUU (ICE) reflejan un aumento generalizado de detenciones de migrantes sin antecedentes penales.
Las cifras más recientes del ICE indican que, al 29 de junio, fueron detenidas 57 mil 861 personas de diversas nacionalidades, de las cuales 41 mil 495 (71.7%) no tenían historial criminal.
En ese sentido, datos federales indican que el ICE clasifica el nivel de amenaza de cada detenido. Al 23 de junio, el 84% no tenía asignado ningún nivel, mientras que solo el 7% fue categorizado como nivel 1, el más alto en peligrosidad.
Al respecto, un estudio del Instituto Cato indica que, hasta el 14 de junio, el 65% de los procesados en lo que va del 2025 no tenía condenas y solo el 6.9% había cometido delitos clasificados como violentos.
Especialistas en Derechos Humanos indican que las declaraciones del presidente Donald Trump sobre migrantes violentos carecen de sustento, ya que la evidencia que respalde estos dichos es poco verificable e inclusive, hacen falta estudios certeros sobre el fenómeno en el país.
Sin embargo, a pesar de los resultados de estas investigaciones, a finales de mayo la Casa Blanca impuso una cuota de 3 mil arrestos diarios al ICE. En respuesta, las detenciones aumentaron un 30% en mayo y otro 28% adicional en junio.
Debido a que las más recientes investigaciones han demostrado que los inmigrantes tienen tasas de encarcelamiento menores, expertos en la materia continúan advirtiendo que las acciones del gobierno estadounidense de exagerar su peligrosidad, sólo continuarán alimentando estigmas, miedo colectivo y agresiones hacia esas comunidades.
