Una variación significativa en el tránsito de personas migrantes ha sido reportada por los refugios establecidos en Tijuana, donde actualmente operan con menor cantidad de ocupantes respecto a años recientes.
La ciudad, que durante décadas ha sido destino final en el país para quienes buscan llegar a Estados Unidos, atraviesa un proceso distinto al habitual, según lo mencionado por representantes de organizaciones de ayuda a migrantes.
Coordinadores de espacios de resguardo han señalado una reducción visible en el número de solicitantes de asilo, luego de que varios sitios que en otros momentos albergaron hasta 2 mil personas, ahora registran menos de 700.
El descenso, equivalente a una baja de más del 60%, ha sido descrito como una situación inesperada, tanto por quienes brindan apoyo como por observadores de fenómenos fronterizos.
Entre los factores detectados se encuentra el refuerzo de medidas en el sur de México, donde autoridades mexicanas han contenido desplazamientos antes de su llegada a regiones fronterizas del norte.
También se ha observado una posible diversificación en las rutas migratorias, que podrían estar desplazándose hacia otros estados del país o deteniéndose en ciudades intermedias ante nuevas condiciones.
En paralelo, especialistas en migración estiman que razones como la incertidumbre sobre el sistema de citas CBP One y la expectativa de mayores restricciones en Estados Unidos han contribuido a que menos personas se acerquen a Tijuana.
Mientras se analiza si esta situación representa una transformación duradera o un episodio momentáneo, la ciudad fronteriza continúa enfrentando retos locales en migración, movilidad, crecimiento poblacional y administración del espacio urbano.
