La presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, afirmó que el Día Internacional del Orgullo LGBT es, ante todo, una celebración de libertad e inclusión, y reiteró que su gobierno seguirá impulsando políticas públicas que garanticen igualdad de derechos y respeto para todas las personas sin distinción de orientación sexual o identidad de género.
En su conferencia matutina “Las Mañaneras del Pueblo”, la mandataria subrayó que la conmemoración no puede limitarse a la tolerancia: debe traducirse en acciones concretas de reconocimiento y participación plena. Según Sheinbaum, la diversidad sexual es parte esencial de la democracia y “la libertad para ser quienes somos” debe resguardarse como un principio fundamental del Estado mexicano.
La jefa del Ejecutivo advirtió que los discursos de odio aún persisten y que el reto inmediato es construir entornos seguros donde nadie tema expresar su identidad. Para ello, explicó, se reforzará la capacitación con perspectiva de género en todas las dependencias federales y se revisarán protocolos de atención a víctimas de discriminación.
Sheinbaum recordó que el país cuenta ya con un amplio marco jurídico que reconoce el matrimonio igualitario y permite la rectificación de documentos oficiales por identidad de género, pero insistió en que “las leyes deben sentirse en la vida cotidiana”. Por ello, anunció campañas de sensibilización en escuelas y espacios de trabajo, así como la ampliación de programas de salud integrales para la comunidad LGBT+.
La presidenta también llamó a los gobiernos estatales y municipales a sumar esfuerzos para garantizar que los avances sean homogéneos en todo el territorio nacional. “Puede haber diferencias políticas, pero el respeto a los derechos humanos no se negocia”, sentenció la mandataria, quien pidió a la población sumarse a las actividades de Orgullo con espíritu de solidaridad.
